martes, 14 de agosto de 2007

Cae


Continúo buscando amápolas en el horizonte, los hombres sabios me dicen que ahí no están, que en el cielo no las encontraré, sino que en la tierra, donde florecen todas las cosas y donde tus pies descalzos gozan de la juventud y la lozanía.
Busco desesperadamente tratando de hallar opio en los laberintos, en los pisos musgosos, verdes, húmedos y resbaladizos, donde pongo mis pies y caigo una y otra vez, me desplomo tantas veces como las que he sentido ese olor lejano de la droga, la huída...
Corro, la tierra es café es eterna y no hay más vida que la que vi desde los cielos cuando iba a sumergirte en mi pecho, tierras tan puras, limpias y vírgenes, tan indiferentes y tan infinitas; corro y no me encuentro, corro desde el Oeste, esperando que venga un otro que también sea yo corriendo desde el Este para chocar contra su pecho y fundirme, y sentirme completo y llorar y gemir y gritar y maldecir al Cielo y todas aquellas cosas que de mi boca escapan cuando no puedo contener las lágrimas.
Blasfemias, mi boca no se calla y esta vez caigo a un abismo, huele a putrefacción, huele a mi piel mucosa, leche cortada, musgo en mis venas, mi sangre gruesa y mis labios agusanados. Aquí estoy, ven por mí. tras las rejas de una celda intento esperar paciente, la lluvia afuera hace retumbar el piso, el silencio no llega, la agonía no se va, el llanto no explota y parece que mi pecho se va hundiendo cada segundo más, cada momento más, respiro menos aire, trago menos saliva, mi abdomen se levanta un centímetro menos cadas vez y la conciencia empieza a estorbarme, mi mente empieza a estorbarme, mis manos, mis pies y mi cara, suelto un cuchillo sobre mi muñeca, pero no es sangre lo que quiero, tan sólo deseo cortar mis cabellos y quemar uno por uno, enviando señales desde la pequeña ventana que me une al mundo exterior, enviándote mensajes de que aquí estoy, que aquí te aguardo, que es aquí donde la conciencia me consume y mi alma hierve en mis entrañas como duele la cabeza reventada de un feto en un aborto. Así, tal cual, pero al contrario... mis manos se revientan y mi cabeza grandilocuente no entiende más que seguir mirando a la lejana luna que se esconde tras los barrotes.
Imagino prados verdes, atardeceres y tu mano en mi pecho, tu cabello picándome la cara y mi silueta caminando junto a ti en una noche de demencia, cuando los cuervos maullan y los gatos rasgan tus ojos.
Es momento de decir que no puedo, de marchar y seguir corriendo por el Cielo, subiendo y elevándome cada vez más alto. Sí, allá está el Paraíso; sí, lo está, ¿lo ves?
Pero, siempre coloco un freno en mi saliva, puede caer como un hilo, pero no como una cascada, puede caer a gotas, como el dedo que perpetué con un anillo que porta tu esencia y te hace estar bajo mi piel. Mi saliva cae al suelo, mis ojos no ven... te siento. Ausente, lejos, sudor, escalofríos, desgarros en mi garganta que no deja de gritar tu nombre en medio del desierto, esperando que vengas desde el Este con buenas nuevas para mi alma.
Sí... corro por tí, te busco y no te encuentro. Me derrito y me quiebro sin hallar tu saliva derramada en mis pies.
Me quiebro, me desplomo, mi pecho cae, cae, cae...


Danielle Leonard Frost

3 comentarios:

She Dont dijo...

Me senti en una caverna
me recordo a algo que no puedo recordar bien
sé que suena loco pero así es.

Esta muy loco el escrito me encanto

Definitivamente no debes parar de escribir
Nunca.

She Dont dijo...

Acabo de leer mi comentario y estaan estúpido.

En fin trataba de decirte que me trae recuerdos borrosos y que es como si estuvieras en una caverna humeda y lejana
ah! y que no pares de escribir.
Besos

Anónimo dijo...

Realemnte me ahogue contigo!, tu sabes que escribes bien mi querido Lord! solo sigue haciendolo por que es parte de ti ;) todavia tengo el uno de los Tantos escritos que me escribiste, como siempre soi tu Jurado incognito xD jajaja besoso que te vaya genial ;)