viernes, 2 de marzo de 2012

Led Zeppelin

Nunca he sido fan de Led Zeppelin, ni mucho menos; tenía, de hecho, un greatest hits y lo eliminé, porque me cargó. Incluso, Stairway to heaven no me gustó durante años, hasta que le agarré el gusto a esta parte: "If there's a bustle in your hedgerow, don't be alarmed now (...)", pero no es mucho más.
Sin embargo, debo decirlo, el sábado tocamos con Shine On junto a una banda que se llama Salón Púrpura (recomendadísima si quieren escuchar Janis Joplin), que, entre la Janis, Deep y Led Zeppelin tocaron, de este último, "Since I've Been Loving You", una interpretación magistral; la voz de la vocalista desgarrándose y la banda que no aflojó en ningún momento. En ese momento me enamoré de aquella canción, más bien, de aquella versión.
Acudí a youtube como puede ser costumbre de muchos, y la busqué, sin saber cómo se llamaba; luego de dos intentos, di con ella. La he escuchado toda la tarde (son ya las 21.47) porque amo ciertos lapsus, pero en general no me pone lo pelos de punta, como lo hizo Salón Púrpura. Pero quiero que la canción me guste y quiero aprendérmela, a ver si le digo a unos amigos míos que tocan Rock misceláneo si la tocan y yo la canto. No me odien los fanáticos - con justísima razón - de Robert Plant, pero preferí a la chica del tributo.
Por eso esta entrada se llama Led Zeppelin. Podría intentar algo de poesía, o la prosa descriteriada, profundamente inmoral, de los viejos tiempos (de ello queda registro en este blog, pero no lo lean); o intentar un cuento simple, o los capítulos de una novela. Creo que la música ocultó la pasta que tenía (o creía tener) para escribir. O también podría hablar sobre Aysén, o sobre el fascismo en sus múltiples facetas. Ok. Ese tema me gusta: el fascismo NO político. Vamos.

Hoy postié en el facebook un estado que hacía referencia a mi poco entendimiento del fascismo musical que experimentan los peque (pequeños/niños/púberes) -rockeros/metaleros. Esos que despotrican contra todo tipo de música que no tenga guitarras distorsionadas, mucho grito, mucho simbolo satanista o seudo-satanista. Todo es malo, todos deben morir. Sólo debe subsistir lo que ellos escuchan.
Ahí hay una expresión clarísima de fascismo NO político.
Quizás somos todos un poco fascistas NO políticos (por lo menos, NO políticos), ya que en esto o aquello, siempre imponemos, o queremos imponer, o intentamos imponer. Lo que sea.
Si hasta la reacción violenta anarquista es fascista (necesaria, pero fascista al final del día). Aunque claro, es una respuesta política a un problema política. Olviden esto, se salió de los márgenes.

La Da me llevó a ver una obra en Enero por lo del Teatro a Cinco Mil de Radrigán, premio nacional en su área (dramaturgia) el año pasado (2011), y un personaje se preguntaba, con la más justa razón, si en Chile éramos, a final de cuentas, todos fascistas.

Le tenemos miedo a la diversidad, le tenemos miedo al cambio, muchos le creen más al Gobierno que a sus propios vecinos. Muchos odian, detestan, no toleran, a quien es diferente.

Pero, por el amor de Dios! Si la naturaleza humana se reduce que nacemos desnudos, con sentidos y, los que tienen suerte, con sus padres. Y así no más. En pelota. Sin ropa, sin música, sin la sh ni la tch, sin gustos, sin orientación sexual, sin nada.

No pretendo hacer una tesis novedosa sobre algo que todos sabe (o debieran saber). Ni siquiera me interesa instruirlos; lejos podría estar esta nota rasca de eso. Pero siempre será bueno algún comentario fuera de lo común que te haga click en la cabeza y quizás, en volá, terminís "candidateándote" a ducce, inmiscuido en el FON, o, al contrario, entrenándote con otros anarcos pa matar a todos los cerdos capitalistas y fascistas que hacen de este mundo una mierda.

Como sea, y como no puedo - ni quiero - saber de términos medios, veo y pienso fascismo de izquierda para combatir el fascismo de derecha.

Y de nuevo caí en lo político. Discúlpenme ustedes.

Lo importante acá es el fascismo NO político. No, wait... quizás no hay fascismo NO político. ¿Que sentido tiene el fascismo NO político? Pues, ninguno. El fascismo es esencialmente político! ¿Por qué no me avisaron antes de redactar toda esta mierda?

viernes, 12 de octubre de 2007

De Mi Sien


Tan sereno como hace tiempo no estaba. Tan tranquilo, tan calmado, disfrutando tanto de la lluvia agónica que no moja y no suena en mi espalda. Sólo siento mi cabeza un poco hinchada, quizás un poco adolorida porque me he azotado contra los ladrillos de la pared. No hablo de mi celda, hablo desde mis pétalos mientras cojo otro trozo de mi carne y lo llevo a mi boca.
Esta noche es tan tranquila y mi voz está tan suave que el suicidio se hace tan insípido, que da lo mismo seguir vivo o muerto. Pues, me imaginaba colgando desde la viga con una soga, mi cuello roto y la soga con sangre, y yo mirando siempre hacia lo Alto.
Intento dibujar imágenes, me esfuerzo, escupo escamas y violento con mis dedos lo más profundo de mi garganta, pero no logro alcanzar la belleza más pura. Tal vez, si dejara de devorarme, de mutilarme, de humedecerme los labios continuamente y ceder inconscientemente a acercar mi lengua a un coágulo en la caverna de uno de mis brazos. Vomito sólo demonios y no soy capaz de… ¡Un momento! Si hundo mis dedos en mi pecho y hago de mis uñas de barro lo que hice en tus labios, podría morirme, o podría soltar la angustia, o podría hacer caer mi cabeza sobre la tinta y entregárselo a un ancla. Pero, si no lo reviento, y tan sólo lo tomo, lo saco y lo miro, lo coloco sobre el cenicero y por mi nariz introduzco mis manos y sacudo mi cerebro, le hago heridas y le infiero temores en el suelo que se cae donde ha ido a parar este último deseo que se detiene sobre mi sombra. ¡Cállate! ¡Cállate! ¡No me respires! La tortura, la tortura, me caigo y no reviento en dos, pero así y no me pienses, no como ahora, ni como será Dios mañana sobre mis cenizas cuando el Cielo no canta no maúlla no gime como tú en distante silencio ¡Silencio! Me revientas, me descuelgas, me limitas ¿me callas o me voy? Me apagas con tus dedos hundidos en saliva es demasiado el discurso que coherente tú estoy aquí ante hablando tu boca me desea, me desea, hoy te besé cuando te pregunté quién eras, no me dijiste que sólo eras una concubina y te posaste a mis pies y dijiste: ¡Cállate! Yo te dije que las luciérnagas no existen en mis versos y que las estrellas no son tus ojos, que la luna no refleja tu cara y que nunca sentí más odio antes, que el mar nunca fue tan rojo y la sangre tan exquisita en mi paladar. ¡Arrodíllate y cállate! ¡Llora! ¡Vamos! ¡Llora! ¡Llora y actúa como puta! ¡Llora e intenta follarme! ¡Muérdeme y tócame con tus manos llenas de semen y presiona la carne de mis piernas! ¡Puta e infierno! ¡Infierno y oscuridad! ¡Oscuridad! Oscuridad… oscuridad. ¡Lame mis pies mucosos y dame un beso con mi corazón en tu boca! ¡Calla! ¡Grita! ¡No te exaltes! Que te quiero ver colgando de una viga mientras le enseño los dientes a una uña que he dejado vivir en paz.
Cuelga, mi dulzura, que más allá los cuervos no cantan canciones de cuna, que más allá los silencios no se oyen, que, más allá… ignoro mi saliva en la almohada y me deja dormir con un dedo tuyo en mis labios. ¡Cuelga de mí, dulzura de tus manos! ¡Cuelga!
¡Silencio! Silencio. Silencio… que el Infierno está en mi sien. En mi sien.


'Sacrilegio'

lunes, 24 de septiembre de 2007

Por ti, sólo por ti


Te necesito

Y no hay metáfora para decirte cómo

No hay silencio que dibuje esta angustia

Ni una lágrima tan tenaz que sea capaz de rasgar tu corazón


Te necesito tanto

Y no hay luz para que me veas

Tus ojos están cerrados, tu boca

... muda

Tus manos empuñadas

Y no hay sueño que te arrebate la ira


No hay mil besos que borren tu sangre de mis venas

Ni hay caricias lejanas a tu aliento que te puedan destruir


Te necesito, desquicio mío

Y no puedo regalarte una rosa para decírtelo

No puedo tomarte una mano para demostrártelo

Ni hundir mis labios en tu voz

No puedo...

Simplemente, no puedo


No hay figura que se compare a mi dolor

No hay mayor lamento que el silencio

Pero el silencio es tan cruel, quizás más que tú

No, tú eres silencio

Nada hiere más que tú

Más que no poder tener la fuerza de seducirme con una daga

Revolver mis entrañas con su punta en frente tuyo

Verte contener la vista indiferente

Fría, callada, ausente y pulida

Si parece que te veo

Pues, no lo parece

Te veo

Todas las noches, en todos los sueños y en cada sorbo

Detenida por el viento

Quieta

Ni siquiera, gozando mi flagelo, mi sangre ni mis lágrimas

Porque eres aun más cruel, aun más animal, aun más mórbida;

Quieta y esperando que el viento se mueva

Que un pétalo llegue a tu mejilla para seguir andando

Si me desmorono, no me ves

Si me destrozo

Me desangro, me mutilo

Elevo un espectáculo en mi carne sólo para ti

Que ya no llenarás de caricias

Sí, lo sé

Pero, por lo menos, podrías llenarlo de asco

Mas, no

Elevo un Infierno en tus ojos,

Abro mis alas putrefactas casi en tu boca

Y no me sientes

No me ves, no me hueles, no me respiras


Pero bajo mi cabeza

¡Basta de tristeza, melancolía y tortura!

La tortura existe sólo si tu saliva está en mi cuerpo

Sólo si sigo encontrando refugio en tu seno

Sólo si sé que tu calor hará que mis huesos dejen de ser hielo


La tortura acabará

Cuando deje la tortura

Cuando alce mi cabeza y diga ¡Basta!

Pero no...

Lanzar mi carne descompuesta a las aves es tan dulce

Es tan cálido

Es tan vivo...


Si no vivo por ti, viviré para no tener vida

Me romperé y mutilaré en corazones podridos, cerebros fétidos y llagas ardientes

Por ti, sí, por ti...

Por ti, sólo por ti


Una aguja entra en mi cabeza

Mi cerebro se consume de a poco...

¡Vomita en mis manos tus engendros!

¡Vomita en mi pecho tu odio!

Vomita en mi boca, en medio de un beso

Engáñame la última vez

Haz que tu lengua llegue a mi garganta

Y deja tu rabia en mi boca

Presiona tus dedos en mi espalda

Y vomíta el cadáver de 2 lunas que dejé en tu sangre

¿Lo recuerdas?

Alguna vez lo llamaste amor...





'Sacrilegio'

viernes, 31 de agosto de 2007

Perpetuo


Ya no me deshago, mi piel ha dejado de ser agua y mi boca ha dejado de ser fuego. Mis dedos han dejado de ser agujas sobre mi pecho; mejor dicho, su función ha dejado de ser la que era.

Cuando elevas un Castillo en lo alto del Cielo, es porque crees que está cerca de Dios, tal como las catedrales góticas, intentando llegar al paraíso. Cuando te envuelve la resignación, ya no tiemblas, no sientes frío, no sientes calor, no sientes miedo, tristeza, angustia ni odio. No sientes. No gritas. Miras al Cielo. Cuando buscas un precipicio de donde saltar es porque quieres que la tierra te devore, se abra en un latido y te reviente mientras tu caes adentro, en esa fosa pequeña, y se cierre tan lento, que comience tu Infierno desde sentir tu nariz achatándose, hasta oír cómo tus costillas empiezan a romperse, una por una, se clavan en tus pulmones, tu pelvis se hace trizas, tu mandíbula intenta abrirse; un gemido es una súplica con fe; y se quiebra rompiendo cada uno de tus dientes.


Salta sangre, falta aire, y sientes que el Infierno ya se abrió para ti.
La piel es de crema, es como nata cortada con un cuchillo buscando debajo huesos roídos y oxidados, negros, calcinados y podridos por el paso de los años sin sangre, sin agua, sin lágrimas, sin sudor.


No existe más tiempo, no existe espacio entre el Cielo y el Infierno que dé paz, que te dé una oportunidad para elegir. Dios no existe y el Infierno es inevitable, la condena es perpetua y no está en tus manos cuándo comienza la tortura. No está en tus manos elegir el momento. No está en tu voz, el suspiro que te absuelva del dolor, ni en tu boca una lengua que limpie tus heridas, ni en tus manos una caricia que se pose en tu frente, y te jure con sus yemas, mientras baja los párpados, que la Oscuridad no es solitaria, que el Infierno no es perpetuo, que el amor es tan eterno en la Gloria como en las Tinieblas. Que te diga que el Juramento es eterno, que es una condena que cruza tu corazón y, si se quebranta, reventarás en lágrimas y tu boca escupirá sangre de tu corazón roto.No existe más tiempo. No existe la redención. No existe nada más que la existencia, y la existencia no es más que existir... existir... existir... existir... existir...

Caen mis párpados. Es momento del silencio. A veces el silencio habla. A veces... sólo a veces.



Danielle Leonard Frost

jueves, 16 de agosto de 2007

Hacia El Precipicio


Cae como tormenta, como rayo, como humano mutilado por sus sentimientos de lo alto de una cumbre con un precipicio colgante. Es ahí donde el suicidio se hace parte de tu sangre, es ahí donde el dolor es tan fuerte que si tu cabeza explota en una roca, si una estaca atraviesa tu pecho, si una bala entra por tu boca, si un corvo seduce tu abdomen hasta sacar tus entrañas para dejarlas como manjar para los cuervos aún estando tú con vida, es más dulce y noble.
Es donde cae todo, donde caen, primero, las ilusiones, caen los párpados, cae un suspiro, cae el pecho y está en tus manos decidir si caes por completo. No digo que el suicidio es una opción, sólo digo que debemos volar, que cuando las utopías que creamos mirando al Cielo, en señal de grandeza, se han derribado, es desde el Cielo de donde hay que caer, para maldecir tu karma, para blasfemar contra Dios, para romperle el corazón a todas aquellas ánimas que dicen respirar por ti, pero no lo hacen, nunca lo han hecho ni lo harán; y, si hay alguna que así lo hace, tu dolor se apacigua cayendo directo hacia donde se quebrara tu cuerpo y tu sangre se derramará como ofrenda a un amor enfermizo del cual no pudiste hacerte cargo.
No digo que esto sea bueno, no digo que las cosas sean inamobibles, no digo que el destino nos domina. Sólo recuerdo a los pájaros volar, sólo recuerdo melodías jugueteando en mis oídos y manos frías sobre mi sien. No digo que esto sea lo que deba hacer, más digo que sí es lo que hay que hacer para dejar de vivir...

Puedes tomarte de mi mano si quieres
Puedes dejarte caer conmigo
Puedes volver a amarme
Aunque eso signifique enfermarte
Aunque eso signifique que se pudra tu sangre
Puedes presionar mi pecho
Todas las veces que quieras
Puedes hacerlo con ira, amor o desdén
No importa
Cuando una hoja cae del árbol está seca y se hace trizas
No revive, no luce ni se mueve

Si quieres toma mi mano y volemos
Si quieres presiona mis labios y cállame
Si puedes, tómame de nuevo
Úsame
Cógeme y bótame
Como la basura que soy en tus manos

Si puedes dejar de reír
Te digo que este canto es para tí
Intento dibujar el Séptimo
Mi caída...

Pero callas
Ven
Si puedes y si quieres
Soy capaz de tomarte aún
Soy capaz de besarte, de abrazarte, de decirte que te amo
Soy capaz de jurarte que te amaré hasta en el Infierno
Soy capaz de volver a jurarte amor eterno
Todo para que, cuando esté al borde
Y mi pecho baje hasta quedar sin aire
Llegues desde atrás y me digas que también me amas
Llegues y, por piedad, me lo grites al oído
Que por lástima me digas que volverás
Que por altruismo me abraces de la cintura y me tires hacia atrás

Eso anhelo, eso quiero
Y no porque quiera seguir quieto en esta putrefacción que dejaste en mi piel
No porque quiera seguir hundiéndome en tu boca
No porque quiera volver a abrazarte desnuda

No

Ya no quiero nada más de ti
Sólo quiero odiarte
Escupirte en la cara el dolor de tus manos apretando mi corazón
El dolor de tus dientes desgarrando mi pecho
El dolor de mi boca sin tu saliva

Es todo lo que anhelo
Que te abraces a mi espalda y saltemos juntos
Y saber que aún me amas
Que me amaste eternamente
Y que la muerte es el ocaso de nuestra Eternidad

Te amo, lo sabías?

Sí... lo sabes... duele tanto saber que sí lo sabes...






Danielle Leonard Frost

martes, 14 de agosto de 2007

Cae


Continúo buscando amápolas en el horizonte, los hombres sabios me dicen que ahí no están, que en el cielo no las encontraré, sino que en la tierra, donde florecen todas las cosas y donde tus pies descalzos gozan de la juventud y la lozanía.
Busco desesperadamente tratando de hallar opio en los laberintos, en los pisos musgosos, verdes, húmedos y resbaladizos, donde pongo mis pies y caigo una y otra vez, me desplomo tantas veces como las que he sentido ese olor lejano de la droga, la huída...
Corro, la tierra es café es eterna y no hay más vida que la que vi desde los cielos cuando iba a sumergirte en mi pecho, tierras tan puras, limpias y vírgenes, tan indiferentes y tan infinitas; corro y no me encuentro, corro desde el Oeste, esperando que venga un otro que también sea yo corriendo desde el Este para chocar contra su pecho y fundirme, y sentirme completo y llorar y gemir y gritar y maldecir al Cielo y todas aquellas cosas que de mi boca escapan cuando no puedo contener las lágrimas.
Blasfemias, mi boca no se calla y esta vez caigo a un abismo, huele a putrefacción, huele a mi piel mucosa, leche cortada, musgo en mis venas, mi sangre gruesa y mis labios agusanados. Aquí estoy, ven por mí. tras las rejas de una celda intento esperar paciente, la lluvia afuera hace retumbar el piso, el silencio no llega, la agonía no se va, el llanto no explota y parece que mi pecho se va hundiendo cada segundo más, cada momento más, respiro menos aire, trago menos saliva, mi abdomen se levanta un centímetro menos cadas vez y la conciencia empieza a estorbarme, mi mente empieza a estorbarme, mis manos, mis pies y mi cara, suelto un cuchillo sobre mi muñeca, pero no es sangre lo que quiero, tan sólo deseo cortar mis cabellos y quemar uno por uno, enviando señales desde la pequeña ventana que me une al mundo exterior, enviándote mensajes de que aquí estoy, que aquí te aguardo, que es aquí donde la conciencia me consume y mi alma hierve en mis entrañas como duele la cabeza reventada de un feto en un aborto. Así, tal cual, pero al contrario... mis manos se revientan y mi cabeza grandilocuente no entiende más que seguir mirando a la lejana luna que se esconde tras los barrotes.
Imagino prados verdes, atardeceres y tu mano en mi pecho, tu cabello picándome la cara y mi silueta caminando junto a ti en una noche de demencia, cuando los cuervos maullan y los gatos rasgan tus ojos.
Es momento de decir que no puedo, de marchar y seguir corriendo por el Cielo, subiendo y elevándome cada vez más alto. Sí, allá está el Paraíso; sí, lo está, ¿lo ves?
Pero, siempre coloco un freno en mi saliva, puede caer como un hilo, pero no como una cascada, puede caer a gotas, como el dedo que perpetué con un anillo que porta tu esencia y te hace estar bajo mi piel. Mi saliva cae al suelo, mis ojos no ven... te siento. Ausente, lejos, sudor, escalofríos, desgarros en mi garganta que no deja de gritar tu nombre en medio del desierto, esperando que vengas desde el Este con buenas nuevas para mi alma.
Sí... corro por tí, te busco y no te encuentro. Me derrito y me quiebro sin hallar tu saliva derramada en mis pies.
Me quiebro, me desplomo, mi pecho cae, cae, cae...


Danielle Leonard Frost

viernes, 13 de julio de 2007

'Overtura'


Tengo intenciones de hacer de esto, lo que alguna vez pretendí con mis antiguos fotologs.
Primera foto, sólo un saludo y aguardo hasta mañana, cuando comience a escribir las historias más intensas, que jamás hayan oído.
Ni en el Cielo, ni en el Infierno, se sucitarán lagunas de melancolía y noches enteras de depresión incineradas en los dedos, como en esta Oscuridad que pretendo construirles para vuestro deleite y flagelo.


Ni el Infierno ya nos aguarda. Somos demasiado sucios para entrar en la Gloria!!



†† Danielle Leonard Frost ††
(Ilustración: 'C l a i r e')